viernes, 27 de abril de 2018

LA HISTORIA DE LA PRIMERAS EXPEDICIONES DE LAS MONTAÑAS EN COSTA RICA

En esta entrada se expondrá la historia de los ascensos, apuntes y datos históricos, así como una interpretación a varias de las montañas de nuestro país. (entrada en construcción)



El Volcán Platanar 

El Volcán Platanar es un estratovolcán de 2183 msnm localizado en el cantón de San Carlos , inmediatamente al Sureste de Ciudad Quesada dentro del Parque Nacional Juan Castro Blanco. Este Edificio volcánico semi-cónico no posee actividad volcánica conocida, aunque está en estudio algunas fuentes termales,como  El Tucano, posiblemente su  origen está vinculado al edificio volcánico. 
Si bien la información sobre el Volcán Platanar es bastante pobre, podemos dar una mirada a la historia del cantón de San Carlos y sus primeros habitantes no indígenas.
El primer registro de una persona no indígena en la Región Norte de Costa Rica data de la época colonial , cuando en 1640 el encomendero Jerónimo Retes visita la región del Rio Cutris (San Carlos) y Jovis (Sarapiquí) sin embargo utilizando el camino por el Desengaño, por lo que Tapezco (depresión que se encuentra entre el Macizo Palmira-Platanar y la Cordillera de Tilarán)  no fue utilizada aún.
El registro más antiguo data de Alexander  Frantzius cuando narra lo siguiente.

"Alfaro notó desde lo lejos un cono de faldas despedazas, Este cono que se ve desde el San Carlos  y allá se llama Cerro Toro Amarillo, es el mismo que Otoya subió más tarde  y llamó Montecristo. El quinto día se siguió el Toro Amarillo hasta el punto en que se recibe, por su ribera derecha, un río que baja del Volcán de los Votos y que fue llamado Río Agrio por el sabor de sus aguas"

"Al noroeste del cono citado  de ascensión tan dificultosa se haya una laguna , por eso al lugar se le llamó también El Cerro de la Lagunilla, , En los alrededores de esta laguna halló un camino de nueve pies de anchura , prueba de habitantes anteriores"



A pesar de lo confuso se puede deducir que el guía José Gregorio Barrantes  y Otoya lograron atravesar una ruta por el actual Valle del Toro Amarillo en Sarchí y luego ascendiendo las montañas hasta el cono mencionado, quizá siguiendo lo que hoy llamamos Volcán Viejo,  en la segunda cita  parece tratarse del Porvenir, esto lo verificamos por el registro de la Laguna, lo que queda como duda,  es si  realmente el Volcán Platanar es  el Montecristo o Toro Amarillo , ya que los caminantes   nunca asocian  que Lagunilla y Toro Amarillo sean los mismos


Bosque pluvial montano bajo, nuboso del Parque Nacional Juan Castro Blanco
Bosque Nuboso, Pluvial Montano Bajo, Parque Nacional Juan Castro Blanco




Referencias 

Municipalidad de San Carlos https://www.munisc.go.cr/Paginas/Visitantes/Historia.aspx#:~:text=El%20nombre%20de%20San%20Carlos,sobre%20el%20R%C3%ADo%20San%20Juan.

Universidad Estatal a Distancia (https://www.uned.ac.cr/extension/act/cursos-en-linea/94-extension-en-accion/identidad-cultural/652-remembranza-de-la-vereda-del-sarapiqui) 

Viajes por Costa Rica (2014) Tomo 1  EUNED , San José Costa Rica

Reseña Histórica del Volcán Barva, El Gigante durmiente

Fotografía de Leonel Leon, Macizo Barva, Laguna Danta

la espesa niebla es frecuente en la laguna del Barva,
además del intenso frío a sus 2906 msnm
Donde hoy está localizada la conurbación de la ciudad de Heredia vivió una de las más importantes tribus indígenas del Valle Central, de la cual hoy solo conocemos como referencia el nombre de los Barva o Barvac. Dicha población de la que hoy tenemos muy pobre información ha dado nombre al imponente macizo herediano, aunque las referencias indican que el nombre más probable que se le dio a este volcán fue el de Chibuzú, probablemente de la voz Sibö Tzu, Montaña de Dios, nombre que fue compartido también con el hermano Poás. Al igual como se ha escrito anteriormente, las montañas solían muchas veces confundirse y aplicarse indiferentemente un mismo nombre.


Laguna del Barva, casi redonda y con agua todo el año, está rodeada de un bosque de altura húmedo, espeso y frío
al fondo se observa el Cerro Gongolona, uno de los muchos conos piroclásticos del Macizo.

Qué desafortunado no contar con la suficiente información sobre lo que pudo significar tal macizo para nuestros indígenas, pero algunas versiones nos han llegado como leyendas, no es de mi interés contar cada leyenda sino resaltar el por qué de algunas, si bien las leyendas del Barva recaen en su laguna, la versión indígena habla de una serpiente dejada en la cima por los pueblos náhuatl que dejaron su constancia en esta región, mientras también se habla de sacrificios de niños en honor a los dioses mesoamericanos. Nada extraño si recordamos el papel en la vida espiritual de los sus vecinos de Toyopán, el cual hasta hoy conservamos sus figuras a dioses “mexicanos” como Tlátloc. Las historias que persisten hasta hoy se relacionan al misticismo de su laguna, la historia de la virgen del Pilar y un tesoro, pero sin duda, tal como muchos de sus pobladores más cercanos en el libro Voces de la Montaña han constatado, lo que si es cierto es que este tranquilo lugar parece congelado en el tiempo, con una densa niebla que le da una figura mística y encantadora al lugar. De sus vecinos del Norte, los votos, menos sabemos aún, pero es lógico pensar que en su historia, alguna relación entre el ser humano indígena y el Barva debió existir, algunos hallazgos de piezas arqueológicas encontradas en e cerro Guararí refuerza este hecho.

La Laguna Danta, es la mayor del Macizo

¿Quién ha sido el primero no indígena en coronar su cumbre? no lo sabemos, si bien los habitantes del Valle Central y en especial los de Barva y Heredia no mencionaron ni describieron su cumbre si no sus laderas y sus conflictos entre la emergente Heredia y la reducción de los Barva, constatado en varios libros de historia nacional y en especial de Heredia, las menciones al Barva parecen nulas más que a referencia de que tal promontorio era un Volcán. Llamarle volcán tampoco se puede constatar como una conciencia de los antiguos heredianos sobre el origen del Barva, si no más bien a la vieja costumbre de los costarricenses de llamarle volcán a casi cualquier montaña.
Dentro de lo que sabemos en la historia colonial, era que ya los flancos sureños del Barva habían sido impactados por la mano humana de forma significativa, al punto que el señor Karl Hoffman, quien realiza la primera gira registrada a este macizo, da fe de este fenómeno. Por tanto, es evidente que desde mucho antes este macizo se había dejado ascender y hasta hacer uso de los recursos cercanos a las partes más altas.  Si Hoffman ya contaba con guías es evidente reconocer el uso de la tierra del Barva, si bien los indígenas Barva fueron absorbidos cultural y étnicamente por el mestizaje y la imposición, los últimos vestigios de indígenas pudieron habitar la región del Roble, donde el viejo camino que ascendía hasta Sacramento era considerado una calzada indígena.
árbol Cacho de Venado

¿Es el Barva un volcán extinto?, es una pregunta frecuente, pero ningún volcán tan joven como lo es el Barva puede considerársele como tal, mas si tomamos en cuenta que posee actividad residual en forma de aguas termales o solfataras. Una de ellas mencionada por el andariego Miguel Salguero que fue descubierta a inicios del siglo pasado por el personaje llamado Mardoqueo Vargas, en las bajuras norteñas y selváticas del Macizo, otros mencionan igualmente este fenómeno en Bajo Minas y la pequeña y sutil agua termal de Huacalillo de Porrosatí. Así como colegas míos que se han atrevido a explorar han encontrado el agua caliente del río Jesús María.
El Barva siguió siendo ascendido por otros científicos y personas cercanas al Macizo, entre ellos Pittier, incluso el agua de la Laguna intentó aprovecharse para el uso humano, pero en el costarricense, este volcán durmiente no significó tanta mención como sus activos hermanos Poás, Irazú o Turrialba. Allá por inicios del siglo XIX, Don Pío Víquez, abre una trocha para conectar el Valle Central con el río Sarapiquí pasando por el Barva, dicho trabajo no resultó tan fructífero cuando Miguel Alfaro abre otra ruta por el Desengaño descendiendo la margen occidental del río Sarapiquí.
El Barva intentó ser colonizado más intensamente mediante la colonia de Jesús María, esta al Norte de la Laguna Barva, pero el proyecto fracasó por lo inhóspito, y salvaje del entorno natural, a demás de su cercana declaración de parque nacional hoy Braulio Carrillo. Sin duda hoy día es el Barva un hermoso bosque montano, que, aunque bastante cerca no logra alcanzar el piso subalpino como los vecinos cartagineses conserva quizá el más apreciado bosque de los volcanes de la Cordillera Volcánica Central.

Bibliografía
Elías Zeledón Cartín. (2014). Viajes por Costa Rica. Tomo I. Primera Edición, Editorial Universidad Estatal a Distancia, San José, Costa Rica.
Emilio Vargas. (2016). Voces de la Montaña, Tomo I. Naturaleza y Sociedad en el siglo XX. Volcán Barva. Primera Edición, Editorial Universidad Nacional, Heredia Costa Rica.
Emilio Vargas. (2016). Voces de la Montaña, Tomo II. Testimonios de Historia Ambiental del Volcán Barva. Primera Edición, Editorial Universidad Nacional, Heredia Costa Rica.
Guillermo Alvarado. (2009) Los Volcanes de Costa Rica. Historia, Riqueza Natural y su Gente. Tercera edición, EUNED, San José, Costa Rica.
María Constanza Ceruti. (2010). Los Volcanes Sagrados en el Folclore y la Arqueología de Costa Rica.  Mitológicas Vol. XXV. Centro Argentino de Etnología Americana. Buenos Aires, Argentina.

Miguel Salguero. (1980). Crónicas de Tierra Adentro. Editorial de Costa Rica. Tercera Edición, San José, Costa Rica
                                                                           

El Volcán Turrialba, el Centinela del Caribe


              Con 3332 metros sobre el nivel del mar, el coloso de Turrialba es el segundo volcán más alto de Costa Rica, no es parte de esta entrada describir al coloso (ver volcán Turrialba) sino contar la historia que trae este maravilloso edificio volcánico que comparte su base con su vecino Irazú, ambos en Cartago.

Antes de la conquista española



Ilustración de Thomas Francis Meagher, 1858
             Como es evidente, ante la inexistencia de fuentes, es difícil saber con detalle la relación que poseyeron los indígenas con el coloso de Turrialba, sin embargo es importante resaltar que al igual que la mayoría de altas cumbres de Costa Rica los indígenas creyeron en que allí residían seres mitológicos como demonios o los mismos  dioses, el miedo al agreste clima húmedo y frío que fácilmente podía matar a a cualquiera. Muy probablemente según Gonzáles Víquez,  el Turrialba fuese llamado Volcán de Suerre, al igual que el río Reventazón, y este era comúnmente  confundido con el Irazú que recibía este mismo nombre. (La misma confusión recibieron el Barva y el Poás denominándose a estos indiferentemente Cuerizú o Chibuzú)




Durante la colonia


En los primeros siglos del período colonial, los habitantes de la Meseta Central no se sintieron atraídos por reconocer las altas montañas que rodean sus fértiles tierras. La primera referencia aparece por el gobernador de la provincia de Costa Rica Don Diego de la haya en 1723, el cual afirmaba observar desde el Irazú al Turrialba  humeante. Según Gonzáles Víquez y citado por Alvarado, el nombre del coloso podría provenir de Turiri y aban, que significa río de fuego, aunque la más tradicional versión y defendida por Frantzius es la que proviene del latín Turris Alba (Torre Blanca) en alusión a las columnas de gases que salen de sus entrañas.

Período Repúblicano



       Cómo se ha abordado con los demás macizos, las exploraciones geográficas inician con la llegada de europeos, en su mayoría de origen alemán, pero pese a que ya la mayoría de edificios volcánicos habían sido ascendidos, el Turrialba seguía siendo un misterio y reconocido como una montaña agreste o "chúcara". 
            El explorador y médico, Hoffmann,  observó columnas de gas en 1855 desde el volcán Irazú, pero ante la dificultad y desconocimiento total para ascender el Turrialaba no conquistó dicha cumbre,  según narraciones de Carl Von Seebach el 16  de Septiembre de 1864  el cielo se cubrió de ceniza sobre San José y Cartago, este mismo autor cita que  el Turrialba ha sido uno de los centros volcánicos más enfurecidos de toda Centroamérica, de todos los volcanes de América Central es el Turrialba el más difícil de explorar. Seebach al igual que otros exploradores como Pittier quedaron asombrados ante la imponencia y majestuosidad del paisaje, al que llaman ser mejor que el del Irazú, si bien el Turrialba es el volcán latente más cercano al Mar Caribe en Costa Rica, el Turrialba parece desafiar la norma geológica en que la cadena volcánica actual se sitúa sobre una línea paralela a la costa del Pacífico. Para mi persona el Turrialba es el gran volcán del Caribe.
Ilustración de Von Seebach, mediados del siglo XIX

Ascensos

Según se cita en la Gaceta, y otros autores mencionan, como Luko Hilje en " Un ascenso Histórico Al Volcán Turrialba", los primeros en subir el coloso de Turrialba, fueron un grupo de doce hombres, encabezados por el alemán John (Juan) Braun, el francés Roche de La Tour, el suizo Martín Flütsch, otro alemán de apellido Johanning y dos guías costarricenses Antolino Quesada y Manuel Guillén, los demás permanecen en misterio. El Ascenso de estos personajes se realiza por la actual ruta hacia Turrialba, en aquella época rodeada de gigantescos bosques densos, los mismos mencionan iniciar de un lugar llamado El Sitio, finca perteneciente a Eusebio Ortiz, el autor menciona que ese mismo lugar podría situarse en un alejado rincón de lo que ahora es  el vallecillo de Aquiares, muy cerca del poblado de la Esmeralda, sitio que yo mismo atravesé con mi bicibleta para llegar más rápidamente a Santa Cruz de Turrialba desde Juan Viñas sin haber camino pero siendo más corto en distancia, pero al mencionar que después cruzaron el Río Chis (Chiz), El Sitio pareciera improbable, más adelante leyendo las crónicas de Pittier, el mismo afirma que se trata de Birrisito de Paraíso, una frontera agrícola en aquella época, pero Seebach lo enmarca entre Juan Viñas y el río Birrís.
 Luego de atravesar el Chiz (Juan Viñas), se dirigieron al río Turrialba, donde lo ascienden desde la margen derecha, logran divisar la catarata del río Turrialba, para aquella época, la región que hoy ocupa Capellades de Alvarado y Santa Cruz de Turrialba era inhóspita, recibía el nombre de Peor es Nada. El autor menciona el obstáculo que significó las paredes casi verticales sobre lo que hoy es la Pastora, estos miden la temperatura en la cima en 1,25 grados celcius, y a pesar de no ser grandes científicos, registran el desolador panorama de la cumbre y su entorno natural.

Un año más tarde de la primera expedición al Turrialba, el científico Von Seebach la repite, con una muy valiosa descripción científica, Seebach describe igualmente algunas características de la primera expedición pero agrega datos sobre su vegetación y fauna, como la presencia de mirtáceas (en realidad eran vaccinium), pacayas, cañuela o chusquea e imponentes robles.  Seebach da nombres de ríos que actualmente no poseen dicha denominación, entre ellos el río San Pablo, Santa Ana, este último según las descripciones me hace creer que se trata de la quebrada Jesús María, pero de la quebrada San Pablo tengo profundas dudas. Seebach indica que en la mañana cayó escarcha ( podría tratarse de una nevisca o aguanieve) y la temperatura a las 6 a.m. marcó los 1,5°.
El asenso de Pittier, cierra con una última crónica antes de finalizar el siglo XIX, Pittier menciona como el "chúcaro" Turrialba ahora es un volcán colonizado como muchos otros, menciona que los señores Francisco Gutiérrez y Amín Fusilcau Duplantier crearon un camino al actual sitio llamado La Central.  Pittier asciende el volcán con ayuda de pobladores de Santa Cruz y asombrado describe los hermosos parajes en su cima. 
A inicio del siglo XX se crea el camino de Fuentes, (Rodriguez, R., Gil, E., y Solano W. Turrialba mucho más que Cien Años) este camino comunicó a la Región de Peor es Nada (Santa Cruz) con Cartago, de la cual tuvo mejor comunicación hasta que se decide anexar a Turrialba debido a que el volcán estaba fuera del cantón.
Para mediados del siglo XX, Don Florentino Castro se hace con las mayoría de tierras al suroeste del coloso y las actividades agropecuarias o del famoso queso Turrialba se inician en la región, del cual comparto con grato orgullo como mi abuelo y ancestros fueron parte de los  colonizadores de la zona inmediata al asenso al cráter. 
Actualmente el Turrialba está en plena actividad, subirlo pese a que es prohibido, debe obedecer al conocimiento del mismo, como sus características e ir prevenido ante una eventual situación.   Antes de la actividad del 2010 el Turrialba era un volcán indiferente para la mayoría de costarricenses, actualmente se ha popularizado una cultura de miedo que impide un turismo sostenible, además de intereses particulares.  

Datos interesantes


  • Seebach menciona los cerros observables desde el Turrialba como Pico Blanco, Páramo, Chirripó y de Los Santos, estos corresponden al Kamuk, Dúrika, Chirripó y el Macizo de la Muerte.
  • Varios expedicionarios mencionan el sitio de los Quemados, no se trata de la zona impactada por ceniza y flujos piroclásticos (La Picada) sino en realidad consiste a la Quebrada Ariete, al Sur del Cerro San Enrique, en donde brotan aguas termales y algunos gases.
  • El Turrialba también fue conocido como Volcán de Fuego, en contraposición al Irazú o volcán de Agua, debido a su constante actividad durante la época colonial, principalmente de sus columnas de gases.



EL Dúrika, la pared vertical


El Dúrika es una de las montañas más prominentes de Costa Rica, con sus 3263 metros, es una de las más difíciles cumbres de acceder en el territorio costarricense. El Durika se localiza en una curiosa situación geográfica en donde la orientación NO-SE de la cordillera de Talamanca se interrumpe formando una herradura alineada con el Golfo Dulce, donde drena el río Ceibo, no tengo clara la razón aunque no me parecía extraña la acción de fallas de la zona. Tambien ver Gira a los Durika






Sobre el vulcanismo del Durika

En la Talamanca costarricense se encuentra un vulcanismo extinto, dentro del cual el Dúrika conserva los últimos rasgos datados en 900 mil años de antigüedad, la subducción de la Cordillera Marina del Coco ha detenido el vulcanismo regional que reaparece en el vecino Panamá, pero para ello la placa Cocos ha finalizado en el punto triple (Cocos-Caribe-Nazca) que da origen al vulcanismo del Barú y el restante cesante vulcanismo panameño. Según Alvarado Induni, en la cuenca superior del río Lori se presenta un campo de domos de lava de composición dacítica dentro de los cuales resalta el Cerro Casma. Durante mi visita los Durika observé muy constantemente la existencia de rocas volcánicas, dacitas en las partes altas de las cumbres. También la presencia de aguas termales en su base sobre el río Ceibo y una probable falla de alineación Norte-Sur que pareciera casi indudable que lo sea aunque no he leído nada acerca de la misma.

Sabanas Muruk Bisuk, cuenca del río Ceibo








Historia de los ascensos

Si bien no hay registros de los primeros ascensos, ya que el Durika permaneció indocumentado y sin descripciones durante la colonia y casi todo el siglo XIX, William Gabb es el primero en mencionarlo.

Es importante recordar que los indígenas denominaban a todos los páramos U-jum y esto complicaba distinguirlos unos de otros.

A esto escribe el importante geólogo William Gabb
"De cabécar podía verse un hermoso pico que los indios llaman U-jum, término que aplican indiferentemente a toda sumidad roqueña y desnuda. Por falta de tiempo y también por la circunstancia de que otros trabajos más apremiantes llamaban mi atención, tuve que prescindir de evitar aquella cima. De lejos tiene la apariencia de un volcán, y tanto su forma como sus flancos desnudos confirman las historias indígenas quienes pretenden haber visto fuego y humo en la cumbre. Es probablemente que esta está revestida con la misma clase de vegetación raquítica encontrada en la región superior del Kamuk, a pesar de la apariencia pelada que tiene de lejos este, pero su forma no es menos característica que la del Turrialba. La gente de cabécar también llama U-jum a otro pico que se eleva en la parte más alta de la cresta que corre entre el Lari y el Diparí y también lo repuntan como volcán, nosotros dimos a éste el nombre de Monte Lyon, con el objeto de distinguirlo del primero. El único modo que hay de averiguar lo que es cierto respecto a la naturaleza de aquellas cimas, es que un observador competente visite una cima y otra. Un indio de avanzada edad a quien interrogué minuciosamente, me contó que durante la época seca del año de la viruela (1855), el cruzó por el camino que va de Bribri a Terraba; que en aquel tiempo la cima estaba ardiendo… jamás ha habido indio que se atreva a subir a la cima, detenidos que se hallan todos por supersticiosos terrores. Otros me han contado historias iguales." (Talamanca el espacio y los hombres. Pág 60.)
A pesar del análisis que se le haga a esta narración, es confuso definir cual de ambos es el Durika, lo mas probable es que el mismo Gabb mencione al Durika al inicio por su similitud volcánica, la cual no es confundible y luego haga mención a otro de los cerros que también componen el macizo, quizá el Bitsi, ya que se menciona que se encuentra entre los ríos Dipari (Dipali y el Lari) aunque el Bitsi no se encuentra realmente en esa localización podría dar esa impresión a verlo desde los actuales Utyum, desde donde Gabb alzó la mirada y tomando en cuenta que los ríos mencionados son de la vertiente caribeña al igual al cerro Bitsi.
Origen de los nombres
El río Dipali o Dipari  del cual el cambio di a ri  es común en la versiones descritas, significa río del chile, mientras Durika podría venir de Dulika que en cabécar significa Vertical, otra opción es árbol del cerro Alto. Al Sur del Durika existen unas sabanas que se llaman Muruk Bisuk las cuales significan Sabana del Venado, este de Mulubi (venado) y sök que significa sabana. Los cerros que acompañana al Durika como el Amú significa pita, amó, aguacate, akó Tapezco y Aká significa pico de ave, Cerro Betsú significa colibrí, Cerro Batú (cerro negruzco) y Surí significa guabillo. (Tomado del diccionario bribri y la toponimia indígena según Miguel Angel Quesada)


El Cerro Utyum, una encruzijada entre dos océanos


El Cerro Utyum una muralla cruzada entre dos océanos
Quizá no tan reconocido entre los grandes macizos costarricenses, pero sí lo es, un grande, los Utyum trasliterado Ujum o Uyum es una masa que alcanza los 3060 msnm y se localiza sobre la fila divisoria de aguas de la cordillera de Talamanca.  Aunque la información a veces muy imprecisa no logra definir con exactitud su historia se sabe que por allí cruzó el mismo Juan Vázquez de Coronado en su gira a Talamanca, lo que habría sido un importante camino entre las tierras de Ara (Talamanca) y la tierra de los Térrabas en el actual Valle del General-Coto Brus.
El Utyum tuvo la poca suerte de ser tan explorado posteriormente pese a ser más frecuentado en años de la conquista, muchas veces confundido con los Dúrika al que también se le llegó a nominar Utyum. Un domingo 29 de 1881 el segundo obispo de Costa Rica Augusto Thiel, uno de los personajes más reconocidos de la segunda mitad del siglo XIX, sube desde San José Cabagra en dirección a Sipurio Talamanca. A lo que se menciona. “en el domingo 29 en la boca de la sábana de Ulán (actualmente podría ser el lugar llamado Olán)  en el ojo de Agua, en la noche llego a Cori, el lunes 30 pasó la cordillera en su punto más alto, erigió una cruz y llamó al cerro Cruz del Obispo, almorzó al otro lado de la cordillera y llegó a Lari…¨ (Herrera, I. Monseñor Thiel en Costa Rica pag.69)
Henry Pittier atribuye en sus notas lo siguiente "El nombre de Ujum, empleado según parece por los indios del norte para asignar a uno de los picos  de la cordillera madre, es desconocido por los del sur, y no sé con seguridad si ha de aplicar a otro macizo que se encuentra al Sureste del primero en los orígenes del río Bequís, Achioto, Cañas y Volcán. Nótese además que entre los indios la palabra U-jum no es voz propia sino una palabra genérica que se aplica a cualquier pico pelado."
Si analizamos claramente la narración de Pittier en el Valle del General y Buenos Aires claramente se denota que se confunde también al Chirripó con el actual Utyum, para entonces Pittier tuvo poca información sobre el Chirripó y agrega que el mismo no es tan importante desde el sur y algunos le llaman Mount Walker, pero hace aclaración que también se le denomina Ujum el localizado al sureste, verdadera posición del Dúrika donde nacen los ríos Cañas y Volcán visible en la hoja Buenos Aires . Curiosamente al final de cuentas el actual Utyum más al Sureste ni tan siquiera es mencionado, siendo el nombre tan genérico a una sabana o páramo.

William Gabb afirma ascender en compañía al Utyum, es más probable que este sí sea realmente el verdadero cerro actual, dado a que Gabb era un verdadero conocedor de la inhóspita Talamanca. A esto  se menciona  “Entre los acompañantes costarricenses naturalistas, en las expediciones de Gabb se encuentran Juan Cooper y José Cástulo Zeledón (1846- 1923), ambos acompañaron a Gabb al ascenso del cerro Utyum” Gabb sabía distinguir el Utyum o cerro del Obispo y nombra al otro ( Dúrika) como cerro Lyon, en honor al estadounidense que administraba Talamanca en esa época Juan Lyon).

Foto del Cerro Utyum por Omar Zúñiga, Pico Aventuras
Bibliografía
Comentario sobre William Gabb: legado y contribuciones inéditas y olvidadas. Percy Denyer & Oscar H. Lücke Escuela Centroamericana de Geología, Universidad de Costa Rica
Monseñor Thiel en Costa Rica, visitas Pastorales, 1880-1891.Ana Isalbel Herrera
Viaje por Costa Rica, Elías Zeledón Cartín


EL KAMUK, LA MONTAÑA SAGRADA

El Cerro Kamuk anteriormente llamado Pico Blanco también es la segunda montaña más alta sobre todo el territorio costarricense.  Posee unos 3549 msnm. El Kamuk se localiza  al Noreste del Eje de la Divisoria de Aguas, es decir está localizado enteramente en la vertiente caribeña. Ésta es una montaña sumamente simbólica para nuestros antepasados pues para muchos esta era el sitio de la creación del mismo hombre según leyendas de los indios de Talamanca, residencia de Sibö, Dios más importante en las creencias indígenas, lo que valía el nombre sagrado del "Surayum" como el Olimpo costarricense. 
Cuando al padre Agustín Blessing se le pregunta por ascender esta montaña  deja clara su creencia  de que es volcán y responde “los cholitos dicen que cuando Dios quiere comer Indio, prende fuego allá arriba para comer Indio”. Pero los indígenas ante el crudo frío, las difíciles condiciones climáticas no se arriman allá más que para la caza, la cual es muy buena.
El Kamuk era nombrado como uno de los volcanes de Costa Rica durante el siglo XIX, a esto científicos como Alexander von Frantzius defendió su tesis de que era un cono volcánico, contradicho por Ander Oersted por la poca o casi nulas pruebas de que el mismo lo fuera. Ante las cartas enviadas al padre de la geografía moderna Von Humboldt, este decide agregar el Pico Blanco en la literatura científica del siglo XIX.
El Señor William Gabb, importante geólogo traído durante la construcción del ferrocarril al Atlántico por Guardia, deja claro, el pico Blanco compuesto de granítos y abundante horblenda no puede ser un volcán, su formación intrusiva es evidente, descripciones muy similares a las observadas por mi personas en otros cerros de la cordillera como el Elí, Durika o Bitsi que yo califiqué de granodioritas.
Tanto Pittier como el mismo Gabb insisten en ser este segundo  el primer hombre blanco en ascender al Pico Blanco o Kamuk, aunque se tiene eivdencia de los registros del ascenso de José María Figueroa en 1843, 30 años antes.
Kamuk por Victor Quirós Alfaro
BIBLIOGRAFÍA

 El último Cacique de Talamanca,siglo XIX. Claudio Barrantes Cartín
Contribución pionera de William Gabb a la cartografía y geología. Anuario de Estudios Centroamericanos
Comentario sobre William Gabb. Legado sobre contribuciones inéditas y olvidadas. Escuela centroamericana de Geología. Universidad de Costa Rica.
Viajes por Costa Rica Elías Zledón Cartín