miércoles, 28 de febrero de 2018

LOS BAJOS DE BONILLA



Mi primer artículo de este blog hablaba de un pequeño rincón al norte del volcán Turrialba, ese rincón visitado por mi persona hace ya varios años era para mi un lugar tan desconocido e intrigante que solo mínimos datos podía expresar. Ha Pasado ya 7 años y ese sitio ahora es uno de mis rincones más apreciados y hermosos. ¿Pero qué son los Bajos de Bonilla o Bajos del Volcán?.   Ver también La Tierra de los Suerres
  Si desea conocer esta ruta ponerse en contacto, datos administrados en la parte inferior de la entrada
Los Bajos de Bonilla, al fondo Volcán Dos Novillos


Los Bajos de Bonilla son una caldera de deslizamiento, algo así como un valle a una altitud de 2300-2000 msnm que desciende en forma de terrazas, delimitadas por los ríos Guácimo al Este y las imponentes murallas del Volcán Dos Novillos, al oeste por el río Elia y la fila del Tolomuco (nombre coloquial) que desciende del cráter principal del Volcán Turrialba. Pertenece a los cantones de Turrialba (parte alta) y Guácimo (parte baja). 

Historia 
Don Leo Pereira, gran amigo y personaje de la zona me ha contado como ha visto  los años en esa tierra de pastos fértiles, donde a mediados del siglo pasado los primeros habitantes comenzaron a romper montaña, entre barriales y el indómito clima del Caribe húmedo y muy frío por la altura entraban en caballo por los barriales desde el poblado de Santa Cruz de Turrialba, al que pertenece la mayor parte de la región. Su ingreso consiste en bordear la ladera Este hasta llegar al sitio Alto La Botella donde se mira hermoso el verdor del paisaje majestuoso volcánico. Según me cuenta Don Leo historias de historias rondan a la región, de personas que accidentadas no lograban recibir atención médica y morían en el camino o se resignaban a esperar la muerte hasta accidentes en las abras del bosque. Existió una ermita y una plazoleta pero el pequeño poblado de Bajos de Bonilla se redujo  a unas fincas visitadas por sus dueños y unos cuantos habitantes permanentes. Existió una trocha que alcanzaba el poblado de Suerre de Pococí (Guápiles) pero mi propia experiencia me dejó convencido que solo el tiempo se encargó de borrarlo entre el imponente bosque lluvioso.




Excursión Ciclomontaña

De varios descensos, llegó el momento de aventurarme al norte, para eso me comuniqué con  mi amigo Mayron, quien es también ciclista de montaña y sin pensarlo dos veces ni sentir miedo se apuntó a la aventura. No conocía el lugar y a las 10 am estabamos en Los Bajos. Mi misión llegar a una laguna conocida por pocos en el bosque residual casi primario de la inmensa selva de las faldas norte que descienden a las llanuras atlánticas. 
Conocimos a Don Leo, muy incrédulo al principio de que pudiéramos llegar Don Leo nos indica por donde ingresar.  Los parajes  imponentes de las montañas que se van volviendo más precipitadas inundan la vista, es el volcán dormido Dos Novillos, uno de los más desconocidos del país y poco estudiado.  Los pantanales de juncos entre fincas abandonadas nos mojan las piernas y las huellas de danta se hacen presentes. 
El Bosque se comienza a cerrar, las abras dejan sus último vestigios con pastos reclamados por el bosque. Un aguacero nos toma por sorpresa y tras de 30 minutos de buscar "pica" por el bosque nos encontramos un posible antiguo sendero, sabíamos que debíamos cruzar el río Guácimo y con varios intentos por fin lo logramos, me asombró el entusiasmo de mi amigo que no tenía mínima cercanía con la región, pese a que yo tampoco conocía me confiaba de mi brújula y GPS de celular más la hoja cartográfica de la zona. 
Para nuestra mala suerte el tiempo fue un enemigo, no así la intensa lluvia sino el tener que regresar y no ir preparados para pasar la noche en la región. Nos tomó la noche en el Alto la Botella, resignados a no alcanzar la laguna por el tiempo decidimos regresar y para colmo un imperfecto mecánico me obligó a alzar mi bicicleta 5 kms en montaña a oscuras mientras Mayron buscaba ayuda, a la que asistió apenas pudo mi primo Oscar Chinchilla. El paisaje nocturno de las luces de la provincia de Limón en el casi congelante aire me tapó la sensación de cansancio y hambre que llevábamos.





Segunda parte
Los Arenales de la boca del Dos Novillos
Claro no me iba a quedar con brazos cruzados y pocos meses después estaba de vuelta, esta vez solo pero más decidido a conocer la laguna. Dejé la bicicleta en casa de Don Leo y con una ligera llovizna comencé a descender, el sol brilló y me dio más esperanza, los pantanales no me perdonaron y entre juncos quedé embarrealado. Ya no tenía que improvisar tanto pero al alcanzar la boca del Dos Novillos a lo que en la región conocen como Los Arenales, me detuve a pensar como alcanzar la meta, allí no conocía y bordeando una pica que se perdía en la vegetación del bosque tupido, unas picaduras de desconocidos insectos me obligaron a correr y encontrar refugio en el río de los Arenales, el cual luce seco pero con un marcado cauce. Qué dolor!! y me preocupó lo que podría venir, pero estaba cerca, con esa sensación de qué me espera... solo en la montaña seguí y alcancé el claro inundado de la Laguna, huellas de danta se borraban, sonidos de congos y al fin mi meta, allí estaba la laguna, pequeña pero negra y serena. Laguna Dos Novillos le llama mi persona ante no reconocer algún otro topónimo. Regresé y pasé una amena noche con la hospitalidad de Don Leo.

Laguna "Dos Novillos"


 Tercer Parte 


Esta vez con ayuda de mi amigo de Guápiles, José Vargas anfitrión y mi amigo Juan Carlos Castanedo hicimos el trayecto desde Suerre de Guápiles, lugar donde José tiene su cabaña y nos recibió muy cordialmente una noche, donde recorrimos los hermosos parajes de su finca, incluida las formaciones volcánicas alrededor del río Guácimo y las abundante pozas que posee.
 Al día siguiente partimos hacia el bosque denso que separa las partes bajas de las faldas del Turrialba hacia la zona intermedia delimitada por una angostura entre los farallones del volcán Turrialba, algo así como una boca. En el camino se encuentran unas formaciones rocosas con oquedades, de las cuales no estoy seguro si se trata de cuevas propiamente de dichas o un terreno rocoso hueco de varias decenas de metros de longitud. En este hermoso bosque se observan abundantes huellas de danta, monos colorado, cariblanco y congo, una exhuberante vegetación. A medio camino entre la Cabaña de Don José y La Laguna Dos Novillos, se encuentra una claro, conocido como el Sitio de Los Arenales, donde existe un pastizal en una meseta rodeada de selva y una pequeña cabaña, aparentemente abandonada. El camino lo continuamos hasta alcanzar ya en la Tarde por los caminos ya conocido y descritos Los Bajos del Volcán (o de Bonilla) para continuar nuestra ruta hasta Santa Cruz de Turrialba, la cual culminamos al día siguiente, después de pernoctar en la cabaña de mi amigo Alex en Los Bajos.

Aquí inicia el recorrido

Las Pailas, Finca Las Cascadas


bosque que bordea la cabaña

Don Jose, Amigos y mi persona


Oquedades en medio camino Suerre-Los Bajos

Llegada al Sitio de Los Arenales

Ascenso cara norte del Volcán Turrialba

Amaneció muy frío 9° y lloviendo, mis esperanzas por subir al volcán se redujeron a un poco más de sueño y esperar, cuando me dice Don leo, ¡muchacho el clima mejoró!, ¿va querer aguadulce o café?, en el fogón preparaba unas tortillas con queso Turrialba. Mis ánimos estaban a tope, y con confianza sin conocer la trocha comencé a bordear la fila que desciende casi vertical del cráter Central, los paisajes asombrosos de las alturas me detenían, el río Sucio y el Chirripó Norte hermoso, la ciudad de Guápiles. El bosque se abrió en unas abras abandonadas, una casa en ruina y más arriba a casi 3000 metros de altura la vegetación carbonizada se impuso, al caminar la ceniza se soltaba y el sendero se borró de un solo momento. 
Paredes de la fila que se desprenden del cráter Occidental
Con persistencia busqué unos minutos la pica y un letrero me confortó en que estaba en el lugar indicado. Se abrió a mis ojos el cráter Oriental y una lagunilla, el Central y su laguna turquesa, y los imponentes y asustadizos bramidos de los gases del poderoso Turrialba. Me acerqué prudentemente, echando una ligera oración me despedí y bajé donde Don Leo me esperaba con un gallito para regresarme a casa de mi abuelo en Santa Cruz de Turrialba.








GUÍA, INFORMACIÓN ECOTURÍSTICA

Si desea conocer esta ruta ponerse en contacto con mi persona, guía, historiador y estudiante de geografía 86599468, Incluye guía y hospedaje en la Finca Ecoturística Las Cabañas, localizada en la selva de Suerre, Guácimo. También pude ponerse en contacto con Don José Vargas propietario, cel 83479852

Nota: No se realizan guías al volcán Turrialba, pero sí a zonas aledañas




6 comentarios:

  1. Simplemente fascinante! Gracias escriba moderno por este recuento tan vívido y genial. Pronto lo estaré contactando para conocer. Mil gracias.

    ResponderEliminar
  2. Buena historia y relato, increibles fotos, quiero llegarle a esa laguna, para ir en busca de herpetofauna, debe de haber cualquier cantidad de bichos en esos lugares casi inalterados.. saludos

    ResponderEliminar
  3. Excelente relato, muchas gracias por compartir esa maravillosa experiencia. Saludos!

    ResponderEliminar
  4. sigan asi subiendo material es hermoso lo que hacen

    ResponderEliminar